Cs urde otro pacto con el PSOE: negocia apoyar a Page a cambio de una reforma electoral que los resucite
Cs sigue con su estrategia de apoyos al PSOE. Y uno de sus próximos objetivos es Castilla-La Mancha. Este pasado lunes, la líder naranja, Inés Arrimadas, se reunía con el presidente regional, Emiliano García-Page. Ambos aludían a su disposición a cerrar “acuerdos constructivos”. Y efectivamente lo son: García-Page impulsa una reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha que puede ampliar el número de diputados del Parlamento regional. Sin esa ampliación, las posibilidades de Cs de quedarse fuera del mapa político en esta comunidad se disparan exponencialmente. Pero el presidente socialista quiere un compromiso a cambio: el del apoyo de los naranjas a su partido en la región.
El Gobierno de Castilla-La Mancha lleva tiempo preparando su nuevo Estatuto de Autonomía. La pandemia paralizó los trabajos legislativos pero el proyecto se encuentra en fase de estudio y redacción. Y eso supone un mar de oportunidades para negociar.
El guión oficial asegura que el nuevo texto debe centrarse en blindar derechos sociales y económicos, abordar una regeneración institucional, tocar los aforamientos y mejorar la arquitectura institucional. Pero un delicado apartado se encuentra también en el menú: un cambio de la ley electoral de Castilla-La Mancha. Un cambio para ampliar el número de diputados regionales.
Preguntado por esa reforma de la ley electoral con el objetivo de elevar el número de escaños en las Cortes autonómicas, el Gobierno autonómico no negaba ya el año pasado que «existe la necesidad de mejorar la representatividad de las Cortes». O, lo que es lo mismo, que se pretende, efectivamente, ampliar el número de escaños.
¿Y qué supone esa ampliación? Pues que formaciones menores puedan entrar y mantenerse en el juego político o, por el contrario, desaparecer del mapa electoral castellanomanchego: justo la tesitura en la que se debate Cs.
En ese contexto, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, recibió este pasado lunes, en el Palacio de Fuensalida, en Toledo, a la diputada nacional y presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas. Ninguno de los dos líderes negó la buena sintonía. Es más, ambos se mostraron como “militantes del consenso”, tal y como definió a los dos el propio Page. Porque, según el socialista, «en una sociedad que no es muy proclive a él”, es necesario el consenso “ante el totalitarismo político de los independentistas”. Independentistas que pactan con su jefe en La Moncloa.
Los dos líderes políticos valoraron los acuerdos que mantienen en Castilla-La Mancha dentro de «una política de entendimientos”, porque, como afirmó Arrimadas, Cs es «un partido de gobierno que tiene en Castilla-La Mancha un papel muy relevante: gobierna en 30 municipios con acuerdos con diferentes partidos y en tres capitales de provincia”.
Y en ese contexto es en el que los equipos de Cs hablan ya de su tabla de salvación con los técnicos del PSOE: un salvavidas llamado reforma de la ley electoral para no quedar fuera del Parlamento regional. Eso sí, a cambio de un apoyo a quien tiene la llave final de esa reforma: el PSOE.
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